Ha pasado ya algún tiempo desde que publicamos nuestra primera entrada referente al bullet journal. En ella explicábamos someramente en qué consiste este método de planificación que tan de moda se ha puesto, y qué herramientas se necesitan para ponerlo en práctica (¡solo una libreta y un bolígrafo!).
En esta entrada profundizaremos en los apartados que debe contener tu bujo y en la simbología recomendada para mantener el orden interno. Si todavía no has empezado el tuyo, coge papel y bolígrafo y toma buena nota; ¡esto te interesa!
Para empezar, vamos a aclarar que el objetivo del bullet journal es que se convierta en un “recipiente” en el que todo tiene cabida: tu bullet será un diario de trabajo, un diario personal, un lugar donde planificar tus proyectos… ¡Todo el mismo tiempo! Esto, que supone una clara ventaja frente al Frankenstein poco productivo y manejable compuesto de post-its, distintas aplicaciones y correos electrónicos que habitualmente manejamos, corre el peligro de convertirse en algo caótico. Por eso es especialmente importante mantener el orden y obligarnos a ser metódicos. Si no lo eres, verás como pronto te acostumbras…
Aquí te dejamos todo lo que debes saber:
1.- ELEGIR TU CUADERNO
Nosotros te recomendamos uno con el interior en malla de puntos, puesto que es una estructura muy flexible. En ella podrás escribir, dibujar, hacer tablas… En cuanto la pruebes, ¡te convencerás de sus ventajas!
2.- NUMERAR LAS PÁGINAS
Muchos cuadernos pensados para bullet journal ya las tienen numeradas, por lo que te ahorrarás este paso.
3.- ÍNDICE
Las cuatro primeras páginas de tu cuaderno serán el índice. Añade al índice sólo las cosas que tengan contenido, no colecciones vacías. En un primer momento, serán el REGISTRO FUTURO y el MES EN CURSO. Acompáñalas de una referencia a las páginas en las que están, para que luego sea fácil encontrarlas.
Escribe en una columna REGISTRO FUTURO (páginas 5-8), y debajo el mes en curso (por ejemplo, MARZO 9-). Tranquil@, enseguida vemos qué es cada cosa.
4.- REGISTRO FUTURO
Las páginas 5-8 de tu cuaderno serán tu REGISTRO FUTURO. Es decir, una vista de los próximos 12 meses, donde irás anotando las tareas y citas que conoces con antelación y que caen fuera del mes en curso.
Divide cada página en tres secciones, y escribe en cada una de ellas el nombre del mes correspondiente. En las cuatro páginas que ocupa te cabrá el año completo.
5.- REGISTRO MENSUAL
El REGISTRO MENSUAL proporciona una visión de conjunto del tiempo y las tareas del mes en curso.
Escribe el nombre el mes en curso (por ejemplo, MARZO) en la parte superior de la página 9. A continuación, en columna, todos los días del mes. Reserva la página 10 para las tareas que, teniendo que realizar a lo largo de este mes, no están asociadas a un día en concreto.
6.- REGISTRO DIARIO
El registro diario sirve como cajón de sastre para el registro rápido de tus pensamientos durante el día. Simplemente, escribe la fecha de hoy y, debajo, enumera las tareas, ideas o cualquier otra cosa que se te ocurra.
7.- SIMBOLOGÍA
Como ya has visto, el REGISTRO DIARIO es una amalgama de REGISTROS RÁPIDOS sin un orden definido y en aparente caos. ¿Cómo mantener así la tan deseada organización? Pues mediante un método de simbología altamente intuitivo:
- 7.1. – SÍMBOLOS
· Cosas que hay que hacer (tareas)
o Citas, eventos, o experiencias
– Información que no queremos olvidar (notas)
- 7.2.- FASES DE LAS “TAREAS”
Las tareas que apuntamos pasarán por diferentes estados. La simbología del puntito es muy fácil de convertir en los siguientes símbolos:
X /Tarea completada
> /Tarea Migrada (para más adelante, dentro del mismo mes)
< /Tarea programada (“hacia atrás” dentro de nuestro diario. Es decir, al “registro futuro”, dentro de otro mes)
- 7.3.- SÍMBOLOS COMPLEMENTARIOS
Además, puedes acompañar tus registros rápidos con otros símbolos que te ayuden a destacar algunos de ellos:
* /Prioridad / Importante
! /Idea / Inspiración
? /Investigar / Buscar sobre ello
CONCLUSIONES
¡¡Buff!! ¡Cuántas cosas! Prometemos que, llevado a la práctica, es mucho más sencillo de lo que en un principio pudiera parecer. Con un poco de constancia descubrirás los beneficios de aligerar la carga mental con la que vivimos día a día.
¡Cuéntanos! ¡Queremos saber! ¿Conocías este método? ¿Te llama la atención? ¿Crees que puede ayudarte a ser más productiv@… y feliz? Nos leemos 🙂